martes, 31 de marzo de 2009

#25


Hubo una vez, en que desperté hacia un sueño. En esa pequeña historia no sabíamos hablar, tampoco escuchar. Pero sabíamos reír, y bailábamos felices entre juegos. Travesuras que eran chistes tontos de movimientos torpes. Y la música lo era todo, un piano simple pero divertido tocaba siempre la misma melodía, que insólitamente no parecía repetirse. A todo esto sólo me falta agregarle el color, que rondaba entre un blanco y negro y un tenue sepia.
Era como vivir en una película sordomuda.

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