Los habitantes de ese pueblo me dijeron que detrás de aquellas montañas se encontraba un valle escondido, aun no descubierto por el viento (había que mantener el secreto).
Valle escondido ocultaba único habitante (o por lo menos el más carismático de por ahí): el Gran Árbol, dueño de los siete colores del País del Sol. Se decía que sus raíces recorrían todo el valle y las montañas aledañas. Comunicando vida e Internet banda ancha a todos los pueblos que lo veneraban.
A medida que me acercaba al Gran Árbol, llamado también Árbol de la distribución, una divina sensación de humedad me iba descubriendo. Me tomaba de la mano y me llevaba hacia mi destino en un confort de pocas palabras, como queriendo imitar al viento. Hasta que al fin, después de largas horas de espera, estuve de rodillas frente al dueño de los siete colores. La situación era muy extraña, todavía creo que no hay lugar mas callado que ese. Incluso los sonidos lejanos parecían rebotar contra una pared transparente de respeto y misticismo.
El Gran Árbol hablo en mi cabeza, presentándose con sumo respeto. Al hacer lo mismo casi simétricamente, me dispuse a comenzar con mis preguntas…
De transformaciones
Oh Gran Árbol, le imploro su sabiduría. Quiero entender las transformaciones. – Dije mirando el suelo.
Expectante aquel señor de señores, poderosa imagen mental, me observaba detenidamente como arrinconando a la razón. Y así como quien viene de repente, dio un paso hacia delante, me hizo temblar el alma.
Tú quieres poder jugar con las miradas, concebirlas y finalmente aprender a conocerlas. – Suspiró en una melodía hermosa.
Sonreí frente a tanta verdad tan desconocida y familiar, asentí con la cabeza aún mirando el suelo.
Para entender a las personas tienes que poder llegar a sus ojos, su labia o sus movimientos, levanta tu mirada y píntame por primera vez. – Afirmó aquella voz.
Al primer contacto, surgió algo que ni las propias palabras pueden entender y a través un mensaje se dejo caer, decía así:
“Somos tan diferentes hijo mío, tan únicos y maravillosos, tan entupidos y egoístas. Eso que suelen decir sobre la apreciación es verdad. Figúralo así, cada vez que percibes a alguien (Y eso suele pasar rara vez en este tan poblado continente) esgrimes toda tu subjetividad, toda tu experiencia, toda tu imperfección. Como colores utilizas todo tu complemento y pintas a esa persona en tu memoria (Presente, pasada y futura) en ese mismo lugar, a ese mismo momento. Y así, casi mágicamente, esa alma pierde una parte que pasa a ser tuya, como también tú vives perdiendo algo entre los roces de la existencia. Para lograr comprender las transformaciones de la vida, sus diferentes formas (Formas que son personas) es necesario saber que damos una parte a todo el mundo con sólo estar entre la gente y que la gente nos roba algo que sin saber es suyo también. Si es amor o si es odio, si es atención o indiferencia, no importa. Hay que tener bien claro que no es ajeno ni propio, es de todos.”
Necesitas dormir para aclarar las cosas. - Pronunció y la luz extinguió.
Interludio
Yo poseo una habilidad, bastante particular, casi única (digo casi por que me es imposible demostrarlo en su totalidad). Básicamente puedo dar vida a un mundo entero en mis sueños y poder recordarlo, ahí fue donde tuve mi primera ‘orden’ (si se puede decir es esa manera) de visitar al Gran Árbol. Y así desde mi nacimiento y entre vigilias organicé una gran ciudad llena de imposibles.
Siempre paseo entre las calles, construyendo y recordando. Pero después de las transformaciones, algo diferente deleitaba mi ciudad. Era rojo y viento cálido en las noches (nunca hubo sol en mi ciudad, simplemente no me gustaba), veía a la gente con piel de gallina, todo apocalíptico pero de manos tranquilas.
La distracción era demasiada, no sabía como perdonarme ante esa persona que choque.
No hay problema. – Soltó en respuesta. No me llamó la atención, a pesar de que no la conocía. En mi ciudad mis personas tienen hijos y son sus vidas demasiadas como para conocerlas todas. Le pregunte su nombre, me respondió que los nombres no importan.
Son los silencios lo mas importante de las personas. – Pensé mirando fijamente. Aquella persona sonrío ante mi conclusión sordomuda y persiguió su camino.
Ahí fue cuando desperté…
Nota: Seguir!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario