jueves, 30 de abril de 2009

-García&Sabina Potpourri. (Café Berlín de Madrid)

Garcia - Sabina


Me tire por vos, me tire por vos, me tire por vos, me tire por vos.


De un noveno piso, me tire por vos.


Estaba muy aburrido en mi Mendoza fatal.


Había una piscina.


Mira boludo me tire por vos.


De un noveno piso, me tire por vos.


El marido de mi madre en el último tren se largo con una peluquera quince años menor.


Y mientras tamparampa.


Te metiste en un callejón.


Derrotada en el colchón, se consuela viendo Falcon Crest.


Mi vieja y dice: ¿Quién me ha robado el mes de abril?


Yo tengo todos los discos.


¿Cómo pudo?


Y una actitud radical.


¡Sorprenderme ami!


Quise mostrarle a la chica la última oportunidad.


Me tire por vos, por tu postura, me tire por vos.


Noveno piso.


Me voy a tirar del noveno piso, me voy a tirar por vos.

Me voy a tirar sin pedir permiso, me voy a tirar de amor.


Y aunque la vida tiene tantos problemas, en el fondo esta la solución.


Me voy a tirar del noveno piso, me voy a tirar de amor.

Me voy a tirar aunque sea por vicio, me voy a tirar por vos.


¡Me voy a tirar! Me voy a tirar por vos. ¡Me voy a tirar! Me voy a tirar por vos.


Me voy a tirar.


Con la primera ganada.


Me voy a tirar por vos.


La segunda vi pasar.


Me voy a tirar.


Yo tengo el ancho de espadas.


Me voy a tirar por vos.


Nadie me puede ganar.


¡Mira boluda me tire por vos!


Me voy a tirar, me voy a tirar por vos.


¡Tirala a la nona! ¡Me tire por vos!


Me voy a tirar por vos, me voy a tirar por vos.

miércoles, 29 de abril de 2009

#38

“Cuando quieras…”
“Ahora quiero.”


La noche era simplemente hermosa; un rosa fuego en su extensión, perpetuo y frío negro en las alturas. Estrellas como nunca hubo, tan libres como inalcanzables.
Caminaba ligero, en mis bolsillos un celular que nunca suena, una billetera de papeles sucios, mecha y una larga cadena que abre mis puertas. Sabía muy bien cuando iban y no iban a ser las cosas mas no llevaba reloj. Llevaba los pantalones muy sueltos, parecían caerse lentamente, remera y ojotas blancas, y una camisa verde muy desprendida.
¿Qué día era? Lunes, martes, miércoles… No importaba. Estaba todo cerrado sobre el boulevard, salvo algunas luces en la distancia. Me dispuse a seguirlas en busca de mi veneno. Aquel que al tenerlo entre mis manos sería transformado en el aire que respiro.
Era una noche tan hermosa la puta madre. Y la gente entre sus paredes, tan sordomuda. Era su destino que pobre Luna, le tocó caer en uno de esos días que sólo tienen que pasar. Un aire tan febril que hacía extrañar el verano, olvidar ese invierno que tenemos encima. Perfecto para estar enamorado.
Una persona en la parada del colectivo me miraba mientras pasaba, con sus ojos me dijo: “Es mi hobby esperar el Bondi flaco.” Le devolví la sonrisa y seguí caminando.
Cuando mis pantalones advertían que no podían más, que si paraban se iban a caer; cuando mis ojotas lastimaron mis pies y mi camisa se escapaba entre mis hombros. Ahí mismo supe que tenia que volver mis pasos.


Vivimos escuchando que algo o alguien nos puede matar en cualquier momento.

lunes, 27 de abril de 2009

#37

Necesito sentirme bien.

(“¡Qué vulgar!”)

Le pregunte si nuestro Sol era de piedra, no me supo responder.

Le pregunte si era culpa de la noche, no entendió.

Le pregunte si sería cómplice tiempo, era demasiado tarde.

Le pregunte si era superficial, no me escuchó.

Y me quede esperando nada.

Mirando el silencio para siempre.

viernes, 24 de abril de 2009

#36

Es hora de un poco de mi animal.
Que no me importe nada, que este cansado, que se cerrar.
Es bueno ser un poco punk
Necesito algo que golpear, lastimar el cuerpo para olvidar el alma.
Esto no es bonito, esto es sangre de la sucia.
Mandar a la mierda al ilusionista que tengo en la cabeza.
Dejar de hablar solo. ¿Solo? ¡No, es conmigo mismo!
¡Shhh! ¿Escuchan eso? Es la puta imaginación que me incita a fantasear.
Si esto es un teatro y nada mas, quiero poder morir envenenado y de una buena vez.
Estoy cansado.
Todo es gente que da vueltas en el aire, rebotando y vomitando su mierda.
No se crean que soy el sano y divino acá, soy de los peores.
Una rata escondida bajo la sombra de este antifaz.
Un golpe, dos golpes y varios más. Cae la sangre seguida del cuerpo.
Y todo vuelve a despertar.
Cargo el celular, como la comida, largo la comida y todo sigue igual.
¡Silencio! Despejen el lobby por favor, dejen entrar las cámaras.
Hay tantos peor que muertos, a veces creo que ni a eso llego.
No se ofendan mis queridos tele nautas, no es nada personal.
Esto pasa cuando uno se muerde la lengua.
Cuando se cierran los puños con fuerza.
Necesitaba putear, esto esta demasiado tranquilo.
Mi voz se esta olvidando cómo escupir fuego.
Dejar de escribir de eso se trata.
Esto aleja tanto la piel, que uno termina viviendo entre almohadas.
Asfixia.
Es bueno ser un poco punk.
Y me despido diciendo: “¡Mátense mis queridos ojos lisos o aprendan a tiempo que no se tiene que soñar!”

martes, 21 de abril de 2009

#35


Entre a mi habitación y me encontré bailando y cantando de un lado al otro, como si fuera el anfitrión de un gran recital, acompañado por mis ídolos tocábamos sus infinitos éxitos. Mientras cantaba desde el corazón y con mucho teatro de por medio veía a mi gente saltar desde la muchedumbre. “Hay mucho que liberar” – Me escuche decir muy rápidamente. Al verme tan ocupado, feliz y enfurecido, decidí buscarme en otro lugar.

Otro de los míos, se encontraba en la cocina. Era el que se preocupaba por cosas estúpidas; no paraba de girar de un lado al otro, blasfemando algo en lo que ni siquiera creía, tan sólo por ser odioso. “No encuentro el cargador para las putas pilas” – Me dijo desde adentro. Aturdido por ser así tantas veces, seguí con mi búsqueda.

También estaba en el baño, arreglando mi reflejo. Enfurecido tanto como contento con mi apariencia, nunca aprendí a parar de cambiarme. El pelo se mojaba y secaba casi sistemáticamente, algunas veces a la izquierda otras a la derecha. Eso no importaba. Estúpido me sentí mas nunca iba a estar seguro así. “¿Qué onda esto?” – Suspire esperando una superficial satisfacción. Al notar que cambiaba algo que siempre iba a quedar en aquel espejo, me fui sin contestar.

Aún atolondrado por tanta vergüenza propia, no podía creer que alguien había dejado la puerta abierta. “¿Dónde estará el temeroso de los míos?” – Reñí en voz alta. “A ese no lo vas a encontrar mas, siempre se anda escondiendo.” – Respondió desde el techo. Aquel era mi yo reflexivo y triste. Su mirada cada vez se adentraba más en el horizonte de incontables luces, furtiva ciudad. Después de un rato de oír frases de filosofía barata, me empezó a entumecer la inacción de mi naturaleza.

“Todavía hay tantos que buscar, esta casa no termina mas.” – Lamente mirando el cielo.
“Y eso que todavía te falta buscarnos en esta enorme ciudad.” – Me respondieron todos al unísono. Blanquee los ojos mirando al cielo y seguí buscando.

En el patio había instalado un pequeño bar, ahí me encontraba tomando y fumando casi todo el tiempo. Tan sólo para calmar mi sed de aire y tranquilidad, muy adentro sabía que todo eso era un simple placebo. Era uno de los pocos lugares donde por fin dejaba de temblar. Al darme cuenta que esta persona nunca se preocupó por entenderse, volví mis pasos.

Volviendo a la habitación se escuchaba el inconfundible sonido de “Ah te vi entre las luces” de la maquina de hacer pájaros, mi ego de músico famoso se encontraba tirado en el piso en una posición de plexo, con los ojos cerrados. Inmutable.

También estaba en la computadora. Escribiendo para subirlo a alguna pagina, sin saber realmente porque… Aquel yo era una especie de ventana que comunicaba todas mis personas hacia miles de monitores que nadie iba a leer. Lo veía muy parecido al del bar, todo era sobre calmar mi sed de aire y tranquilidad. Escribía lo que no se animaba a decir, siempre con muchas interpretaciones, hubiera sido horrible que alguien entendiese su amor. “Ahí esta mi temeroso” – Especulé en silencio.

Pero eso no era todo en esa transformada habitación, también veía uno dar vueltas en la cama con los ojos cerrados. Algo nunca lo dejaba cabecear, siempre viví pensando todo. Y a la hora de dormir, se veía encerrado en un ciclo de cavilaciones. Atormentado por las cosas sin solución, por no poder encontrar una puta respuesta, por no saber deshacer o hacer algo.

En la cocina, el más estúpido de los míos estaba sentado con el cargador de pilas en sus manos. Tenía muchas personas ofendidas alrededor. En el transcurso de su importantísima búsqueda, el las había insultado a todas. Pero una pared de orgullo infranqueable le impedía disculparse.

Alguien venía de la calle, era el que siempre hablaba del amor. Venia triste e impotente, por mirar gente morir pidiendo metal, por tanta condena que es piel de los pobres, por maravillosas especies destruidas sin razón, por estar tan acostumbrado al smog y al desamor, por su egoísta condición y sus superficiales problemas. No encontraba eso que muchos tenían, eso que sólo sirve para contrastar. El más verdadero de los sentimientos. Se adentró en la casa aprensando el puño muy fuerte, mordiéndose las ganas y en silencio.

En la mesa, un señor frío y calculador se reía del sensible, y criticaba todo sin sentir absolutamente nada. El terapeuta lo miraba através de sus anteojos, como evaluando sus problemas. Rato después, decidió ignorarlo y siguió ayudando a unas cuantas almas con sus dificultades de amor. Se sentía útil y seguro de ese modo, se olvidaba de lo suyo.
También nos acompañaban el querido jugador de truco, que sin tener nada entre sus cartas redoblaba todo sin temor, el riesgo era su forma de ser. Tanto lo extrañaba… “Tiene que volver” – Suspiré. Golpeaba la mesa y se reía como un loco, asustaba sus rivales, les mostraba un cálido corazón. Éste si que era feliz.

Desde lo lejos se veía a caminante aparecer, venia contento y rejuvenecido por el fuego de la ciudad. Siempre tan positivo y decidido, nunca se canso de que le dolieran los pies. “Vení loco de mierda” – Le dijo el jugador en modo de bienvenida. Asintió con la cabeza y se dispuso a jugar tranquilo. El jugador lo miraba sonriendo mientras lo estudiaba, el quería divertirse.
Finalmente decidí quedarme jugando al truco con ellos, todos estaban mejor, nuestra cuota de aire y tranquilidad.

En la pieza. El músico dormía abrazado a sus discos, el sonámbulo lo había logrado también. El escritor chateaba en silencio.
Afuera no quedaba nadie, el reflexivo entro y se sentó junto a nosotros.
En el comedor, el sensible se amigaba con el calculador, el terapeuta lograba hacer reír a la gente con sus problemas, el jugador perdía y se emocionaba, el caminante se sacaba las zapatillas y el orgulloso y neurótico pidió perdón.
El borracho se acercó bailando reguetón. Nos agarramos la cabeza y le dimos un lugar para que durmiera en la mesa.

“¿Por qué te buscas en alguno de nosotros?” – Preguntó el terapeuta – “¿Tan confundido estas?”
“Somos todo el mismo, saca lo mejor de cada uno y listo. Aprende a decidir las cosas, busca lo que queres y hacelo. Acá no se viene a ganar o perder, nada de eso importa si realmente te conoces. Simplemente para de hablar o pensar, te lo dice un terapeuta. Olvídate de la razón.”

lunes, 20 de abril de 2009

#34


Esta es la ciudad que siempre tengo adelante.

Voy desfilando al ritmo de Aretha Franklin.

Bailando bien abajo. Tan contento.

Escuchando al mundo reír y llorar.


El tiempo envidia mi felicidad.

Me grita que envejezco cada vez más.

Nos ayuda a tanto olvidar y recordar.

Nos abre a perdonar y extrañar.


Son los amigos del silencio.

Mis verdaderos compañeros.

Son sombras de ninguna piel.

Estridentes pensamientos.


Mi reflejo no conoce de realidad pero habla más que yo.

domingo, 19 de abril de 2009

#33


El caminante sentía la libertad de lo que iba a suceder.

Segundos antes que el destino se apoderara de su alma, merodeaba la ciudad bajo una noche que parecía eterna desde hacía tan poco, tan de golpe.
El frío había venido para quedarse, era uno de esos días que los sensibles sufren tanto. Se pregunto sobre la naturaleza de esa estación, si es que el inmutable clima era creado por la gente. ¡El invierno es culpa de las personas, que se esconden y abandonan al Sol!

Se conocía demasiado aunque no dejaba de sorprenderse, sabía que tanto imaginar realidades mas cómodas lo iba a terminar matando. Sentía un ardor escalofriante trepar su espalda. Patrón de la vergüenza, famoso ensayo y error. Iba soñando arreglar las cosas como si fueran juguetes rotos, tan fausto era su orgullo que nunca había aprendido a llorar.

Con su mente en blanco se iba gritando cosas al oído cuando de repente mientras cruzaba aquella avenida escuchó un estridente canto de retorno. Su final lo iba a marcar aquel engendro de maquinas superpuestas y ojos brillantes, dueño de tanta velocidad y choque. No hubo reacción más muda ni dolor más sordo que aquel. Al sentir sólo el viento el no pudo evitar sonreír a medias, y la lágrima esbozó una sombra en su mejilla.

#32

A: ¿Hola?

B: Si te digo que la vida es sólo música ¿Qué dirías?

A: Desafinado escribís en la pared con tu sangre viva.

B: Si te digo que la vida sólo trata del dolor ¿Qué dirías?

A: Tu lamentable piel llena de heridas.

B: Si te digo que en la vida nada se pierde ¿Qué dirías?

A: Más casualidad que esa suerte no existiría.

B: Si te digo que la vida es la noche ¿Qué dirías?

A: Nuestro tacaño Sol no entiende de medicina.

B: Si te digo que la vida es sólo un rumor del viento ¿Qué dirías?

A: Son sólo voces de imperfecta sintonía.

jueves, 16 de abril de 2009

#31

Escribió mientras esperaba aquello que ya le había ocurrido:

Notas:


(¿Recordar?)

Hay ciertas cosas que tan sólo basta con soñarlas para que sean nuestras.

#

Escribió mientras esperaba aquello que ya le había ocurrido:
Notas.
Recordar.
Hay ciertas cosas que tan sólo basta con soñarlas para que sean nuestras.

martes, 14 de abril de 2009

#30


Vamos damas y caballeros, a los saltos por favor.

Hay quienes adornan celosos guantes de lisérgico talle.
Babeándose las manos por retinas de paisajes bailables.

Hay quienes no saben gozar la fiebre salada.
Robándose de a poco la piel por tan sólo no abrigar.

Hay quienes aún escuchan los gritos sin amor.
Jugándose a morir por dar vida a sus heridas.


¿Cómo será decirle al oído?

(¿Y acá qué va?)

Entender si este final es un preludio.


Hay quienes no paran de inventar estas historias de ocasión.
Escapándose entre pasillos plateados por el ordinario miedo.

Por perder la voz…

sábado, 11 de abril de 2009

#29


Desperté bien al sur, una suave humedad en movimiento acicalaba mis pies al compás de una melodía tan fría como descomunal. Ya sin saberlo estaba de pie frente al mar de mis destinos, cuya hermosa pared no sabía de alturas. Y allí fue donde obtuve el regalo de tanto imaginar, donde por fin aprendí a volar.

Así me dispuse a navegar en las alturas de una ciudad que no conoce ni el día ni la noche, una ciudad construida con recuerdos poco inventados. Entre nubes de un sabor que siempre quise probar, aprendía al verme renacer y morir en las mañanas. Siempre para siempre.

Parecía un fantasma en el último de sus eternos éxodos, recluso de aquella suave irrealidad. Siempre para siempre.

¿Será este teleteatro la correcta sintonía? ¿Seguirán sufriendo de insomnio nuestras almas? ¿Continuaremos construyendo velocidad tan sólo para poder escapar una y otra vez?

Aun así nuestros destinos pasajeros, convenientes sueños, nos ayudan a bailar en las alturas aunque siempre (hasta ahora) nos lo recuerdan todo con una fuerte caída. Nos devuelven… Como siempre, para siempre…

jueves, 9 de abril de 2009

#28


Desde tu almohada el silencio te dicta pensamientos, un espacio de meditación.
La música que pusiste a reproducir en aquella lista de recuerdos claroscuros, es tan lejana ya. Parece sólo una brisa de la tormenta que viene por la temperatura adecuada. Tú no sabes si este ejercicio te ayudará a ver quien eres, abrir vueltas de delirios extraordinarios. ¡Eso es! O no, habrá que encontrar otro camino. Robarle algo a la realidad, cambiarla para siempre.
Tu sueños ya son luz en aquel balcón que observas pestañear en la lejanía de la ciudad. Sólo el viento nos enseña sobre el Sol, nos consigue medicinas que nunca alcanzan.
Y mientras todos esperan el amanecer en esta incendiaria urbe, yo disfruto el licor de la noche y me dispongo a morir antes del alba.

sábado, 4 de abril de 2009

#27

La luna me advierte con su canto de mirada y presente, viento adentro como tiza caliente en mi nariz, que la noche ha llegado. Esta oscura estación es tan eterna como las palabras que siempre me faltaron escuchar, que nunca aprendí a repetir.

jueves, 2 de abril de 2009

#26

Y cada vez se volvía más oscuro al caminar. Esta deliciosa y compleja armonía se dedicaba a morir, para renacer de sus propias tinieblas. El corazón se aprovechaba de la situación, sus pasos eran agigantados y fuertes pero silenciosos. No me dejaron pensar, y así caí en esa trampa. Trampa que alguna vez supe ver en mis premoniciones, que más de una vez dije que no iba a encontrar. Y ahora sólo queda esta gran ruleta que ya no es dueña del azar.