jueves, 8 de febrero de 2018

#235 - Sombras 3 bis

Lo observe

La cadencia de su voz, ilustraba una extensión de lo inmortalizable.
La aplaqueria del humano cobarde y ese relato continuo de Ali Baba y los mil vicios.
Una sonrisa que resume el placer de las cosas vivas y del placard anecdotista, eso justifica el sentido que nuestra razón mamó de patrones estelares y deberes consecuentes.
Era una de esas personas que no quería viajar al norte, era uno de esos prendedores vivientes, de Sikus en la frente y una sed voraz e impaciente por tragarse ese desierto y su Luna. 
Era una maquinaria impoluta, cáncer del horóscopo sensual y su revestida universal de pesuñas mal pintadas.
Era lo que construía ese Sol, que volvía ignorantes, a los hijos de aquellos protestantes de la rabia intelectual.
Era la miel, en el asfalto de un sábado cualquiera, en la belleza transitiva de una noche en la ciudad. Era ese deja vu que vomita y aspira.

Un estado alterado me dictaba que siguiera sus pasos, dando pausas y respiro a la superrealidad absurda de un vapor que estremecía los placeres de los sueños. Era mi única pista.