¿A dónde vas Capitán?
No sé mamá, nadie de por acá me puede dar una segura sobre el mundo. Escucha mamá, escucha los violines y sentí como todo va en perpetua caída libre.
I used to be the person.
I used to live like a child.
To understand my only illusion.
To understand the reason why.
I give you my world but you just want to kill me.
Mucho tiempo atrás cuando el nombre del Capitán transmutó a Capitán ni él pudo advertirlo, tampoco recordar su antigua identidad. En sus buenos días y con la ayuda de un té de hierbas cuya receta un académico supo brindarle en alguno de los incontables parajes perdidos por la galaxia, podía recordar una pintura: Un campo de batalla ancestral donde millares de estandartes con figuras impuestas parecían sucumbir ante la revolución violenta de un puñado de ideas al abrirse explosivamente como una flor de cólera y hambre de conocimiento.
¿Cómo disimular tanta felicidad Capitán?
Masticando limón nena, masticando limón. Escuchá los violines, escuchá...
Siempre lo mismo con vos, la canción se termina y la volvés a escuchar.
Shh escuchá... No te quiero asustar pero algún día todo esto va a acabar. Es lo seguro, es lo natural, es lo que dictan las estrellas docentes a la humanidad. Y cuando todo se acabe, vamos a estar en un vacío absoluto, en un silencio perpetuo salvo por nuestras conciencias. Y si en ese silencio eterno me olvido como suena esta canción me la corto.
Sos tétrico Capitán. ¿Limón decís? Mejor contame de esa vez, de los estandartes y la guerra, de como la lluvia no tenía nombre.