lunes, 2 de diciembre de 2013

#159

Levantate pibe que la cantina cierra, 33º grados hacen nene y quien decis que te espera?
Levantate pibe que la cantina cierra y la calle está que pela. 
Despabila pendejo que las copas te hicieron cañito otra vez y la bruja las horas cuenta.
Levantate pibe que te tientan esas gringas, te dan vuelta los ojos con sus polleras diminutas.  Te bailan con la cintura una y otra vez y te lo hacen de taco sin que sepas ni siquiera porqué.
Erguido tambalea hasta la cueva que te espera la escoba de la vieja.

Empezaste bien pibe, era tan sólo mojar los labios antes de dormir. Te me pusiste canela con el Sol del mediodía y la cerveza no paraba de venir, te quemaste porque querías un poco de sed, te conozco pibe. Y te pasó como en la canción, la negra murguera se perdió como te perdiste vos. Y la negra no sabemos bien si era negra o que, pero si que estaba buena, y las piernas... Como le escribían a la noche esas piernas, justificaban el incendio posterior. 
Que llueva y truene, que se llene de niebla, que nadie se atreva a irse, que ni siquiera piensen como pedir perdón, que la negra nos baila, nos brinda su talento y las copas no se quedan quietas. Cantinero serví algo bien frappe que el infierno subió hasta el bar y se nos está cagando de risa, cantinero no nos hagas quedar mal, cantinero mañana limpiamos todo por favor. Cantinero tráeme unas cortinas que la noche se hace corta, cantinero tomate un trago por favor. ¿Cantinero quién habla sos vos o yo?
Los demonios me quisieron convencer, me dijeron que en el infierno la luz del alba no llega mas. Pero los demonios vinieron hasta el bar, sin la negra no hay lugar donde puedas estar.

¿Negra no te das cuenta? Se vinieron todos arriba por vos - Le dije. - Te amo negra.

Me amas pibe, pero el romance se acabaría si te amase de vuelta y la noche terminaría. - Me respondió. - Me amas imposible pibe, me amas eterna e inalcanzable, me amas como amas el paisaje, yo pertenezco a la tarima pibe y no hay quien me salve.
 

#158

Se me cayó la taza, fue en un movimiento torpe. Es curioso porque no recuerdo exactamente que hice unos segundos antes que cayera, es como si el shock me hubiese borrado la memoria. La verdad, desde mi percepción, es que ese momento cuando resbaló de mis manos y emprendió su último viaje como una taza de una sola pieza fue eterno. Un momento eterno que pasó...

Despierto, algo retumba en mi cabeza, la nada misma. La quietud es una sustancia densa que abarca todo alrededor, minúsculos movimientos que delatan las sábanas al barrer el aire, papel crujiendo. 
Estoy en las afueras del sommier. Algo retumba en mi cabeza, un péndulo que va y viene, un marcapaso que subraya y sentencia lo desconocido.
A mi sommier le falta una parte, se la olvidó la fábrica, mas nunca lo quise cambiar, me da lugar para guardar aquellas cosas que se me da por perder seguido. Algo retumba, es un latido, va y viene y no es el mío, hay una fiebre que crece. No hacía falta dar media vuelta ni abrir los ojos para saber.

¿Cómo fue que sucedió? Cómo fue que me le fui a los pies y le levanté la mirada sin responder, y respondí.
Cobarde sonreí y esperé una respuesta suya, durante un momento eterno que pasó.