lunes, 2 de diciembre de 2013

#158

Se me cayó la taza, fue en un movimiento torpe. Es curioso porque no recuerdo exactamente que hice unos segundos antes que cayera, es como si el shock me hubiese borrado la memoria. La verdad, desde mi percepción, es que ese momento cuando resbaló de mis manos y emprendió su último viaje como una taza de una sola pieza fue eterno. Un momento eterno que pasó...

Despierto, algo retumba en mi cabeza, la nada misma. La quietud es una sustancia densa que abarca todo alrededor, minúsculos movimientos que delatan las sábanas al barrer el aire, papel crujiendo. 
Estoy en las afueras del sommier. Algo retumba en mi cabeza, un péndulo que va y viene, un marcapaso que subraya y sentencia lo desconocido.
A mi sommier le falta una parte, se la olvidó la fábrica, mas nunca lo quise cambiar, me da lugar para guardar aquellas cosas que se me da por perder seguido. Algo retumba, es un latido, va y viene y no es el mío, hay una fiebre que crece. No hacía falta dar media vuelta ni abrir los ojos para saber.

¿Cómo fue que sucedió? Cómo fue que me le fui a los pies y le levanté la mirada sin responder, y respondí.
Cobarde sonreí y esperé una respuesta suya, durante un momento eterno que pasó.

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