martes, 5 de enero de 2010

#71

Sobre tanto tiempo entre silencios escucho tu amor. Desde recuerdos, el futuro es nuestro. Tanto amor, tanta vida, tanto mas que dos.

Aún en lejanías, tan de mí es escucharte respirar. Cierro los ojos y sos vos acá, nada más. Es un perfume que pelea hasta el último segundo la derrota de nuestra ausencia. Son palabras que desde nuestras manos vienen y van, son vacíos que elegimos escuchar.

Estas allá y aún así siempre conmigo vienes a soñar.

sábado, 2 de enero de 2010

#70

Nunca se bien como empezar, los años son como fronteras, un mero simbolismo que nos hace creer que todo esto va hacia delante, nunca marcha atrás.
¿Cual será la verdad entonces?
Se me hace que a nadie le importa un carajo realmente, por ahí es bueno decir ‘¡Qué rápido que se pasó el año ché!’ o ‘¿Pensaste en cuanto cambiamos desde el 1ero de enero del año pasado?’
El tiempo siempre va a ser un tema de mi atención, me fascina el misterio de su irrevocable existencia. Y por supuesto nuestra humana percepción (generalizo ya sé, no me olvido de los hombres-planta y otros híbridos) y categorización de este imperecedero fenómeno.
Una de las cosas malas de todo esto, es que entre que el contador sube (aparentemente) gente muere, gente querida claro, si no es sólo primicia de crónica (gente nace también pero todos sabemos cuan infravaloradas están las cosas buenas). Aún así es raro como siento a la muerte tan ajena, es algo que sucede todo alrededor sin duda alguna pero nunca lo percibo en mí. Nadie quiere morir claro está, nadie sabe por qué, aún así nadie quiere morir. Yo tampoco la verdad, estoy bastante bien como para querer dejar esto, también creo que hay algo orgánico que nos impide querer morir, y cuando eso falla estamos cagados y no nos importa.
El otro día pensaba como el tiempo transforma a uno. Como al cabo de un año o dos, los lugares de siempre se perciben distintos, nuevos, aun no habiendo cambiando en lo más mínimo. Se entienden más algunas cosas y nos avergonzamos mucho por otras, a veces veo este aprendizaje como un objeto que crece y decrece, cuasi aleatoriamente, en todas direcciones.
Bueno basta de cháchara, seamos tan indios de la tierra como del mal.
¿Qué?
Mar, quise decir mar.
Nunca se tiene que borrar, eso lo aprendí escribiendo y me gusta pensar que se puede aplicar eso a nuestra experiencia colectiva e individual.
Sinceramente creo que el tiempo lo hacemos nosotros con nuestras ‘cosas para hacer’ y demás ocurrencias, y que cuando se cruzan los caminos, sea de vista nomás, lugares en común, atracciones y contratiempos o whatever, es el momento en que se va haciendo el tiempo, segundo a segundo, gota a gota, humano por humano.

¡Benvenuti a tutti 2010!