sábado, 23 de octubre de 2021

Charly, siempre Charly

El Martes pasado por la noche, ya casi llegando al Miércoles, volvía de Neuquén junto a una de mis hermanas.
Transitábamos un momento difícil.
Ella encendió el auto y a unas pocas cuadras el estéreo: Era el piano de Los Dinosaurios y pensé Charly, siempre Charly.

Era una noche estrellada y hermosa en la ruta, la velocidad y la brisa se acompañaban. Siempre, en momentos de incertidumbre, el mundo me presenta calma y belleza. Y allí me situaba una vez más embebido en su eterna ironía... Con Charly, siempre Charly.

Lo descubrí en un Obras Cumbres con sus manos plateadas, un album de mil azules. Tenía tan sólo diez años cuando mi primo me mostró Fantasy y me voló la cabeza.
Recorrí la Ruta del Tentempié e hice mía su plegaría con Alguien en el Mundo Piensa en Mí. Canté el Fantasma de Canterville seguido de Confesiones de Invierno y volví a repetir... Otra vez más y ya van mil.

Es imposible nombrar todas.
Su obra era infinita y cada vez que encontraba una canción nueva me emocionaba. Me sentía inmortal y lo sabía, lo disfrutaba.

En un mundo que todavía desprendía esencia de vainilla con nafta quemada de los noventa, yo me sentía un amable traidor y sonreía ante el smog y la humedad de las paredes de mi Córdoba y su gente.
Ese era mi capricho y era ley.
Gracias Charly.

domingo, 10 de octubre de 2021

Memorias de un duelo #1

Manejaba un puñado de inocentes posibilidades con las que pretendía predecirme.

Entre el ficticio de las redes sociales y la familia con su valor que vuelve...
A pretender en gestos y soñar recuerdos.
A deshacer el pasado en fantasías.

Caminar, correr, nadar.
Un poco más de aire siempre hace falta.

Es beber para calmar y temer la calma.

Conjurar y conjugar.
Agua y sal en las pestañas.
Para probar su sabor si es que uno no se calma.

Y los niños con los mocos al Sol y sus sonrisas claras.
Por construir algo distinto en cada pisada.