jueves, 23 de septiembre de 2010

#83

Cuando ya repartidos los momentos, el caminante soñó.

Y bien al sur, entre silencios entendió.

Que de vida no entiende nada. Quien encuentra hasta en el mar, una pared.


Una vez, entre palabras de noche, escuché su voz. Era un canto de esos lindos que lloraban de tanto llorar, y entre tanto vino se le escapó un decir: Que a la muerte se la encuentre con respeto y sólo cuando haya que partir. Que la vergüenza se arrodilla sola cuando le llega su hora y que de pie debemos estar si con honra escribimos nuestra historia.