viernes, 11 de septiembre de 2009

#65

12 AM. Café por favor. Adentro hace frío, no me importa afuera, por lo menos no por ahora. Pienso si habré traído el frío de anoche, la resaca esta siempre presente, como si fuera fiebre, como si no me enfermo. Pink Floyd, dinero, saxo, guitarra y café, son las 12 AM. Quiero escribir con la palabra abalorios, pero me desilusionó su significado. Comienza la carrera, que música, tengo que correr, más café. Solo ecos huérfanos de música me deja este dolor de cabeza, es un filtro, un filtro que entiende. Ya van como cinco veces, los mismos temas, no los puedo sacar. Ecos, ecos y ecos… ¿Pensar, para qué pensar?


Mother do you think they’ll like this song?

lunes, 7 de septiembre de 2009

#64

Sus paredes estaban llenas de momentos, bien recortados en sus cajitas de madera y vidrio los veía decorar nuestra memoria.

Las sonrisas no faltaban en esos infinitos segundos atrapados, individuales vidrieras del recuerdo. En los muertos, en los olvidados, en los niños ya tan adultos, en los perros y gatos, en los desconocidos, en nosotros, en presencia. Siempre estaba la sonrisa.

Eran tantos los lugares olvidados en detalles. Era sólo lo importante, era sólo ese segundo.
No obstante tanta ajedrezada vida, despertaba atareados estremecimientos. Media sonrisa en la mirada y música de la más sordomuda película.

Si los recuerdos son segundos en la vida, no lo sé.
Si los segundos son fotografías en la vida, no lo creo...

#63

No tiene que rimar:


Eran luces de color, las que nacían con el Sol.

La ciudad, esta gran avenida, perdida entre la noche y la luz del día.

Aviones por aquí, aviones por allá.

Más desde la torre los oía respirar, con su grito viento de vil metal.


Vivimos de pociones del amor,

Vivimos desde un circo televisor,

Vivimos escuchando nuestra piel,

Por sentir para saber.

Vivimos, pensamos lo que sentimos, vivimos.



No tenia que rimar.

jueves, 3 de septiembre de 2009

#62

Hace tiempo que ando buscando alguna respuesta entre tantas letras, aquella adecuada frase que bien describa mis recuerdos, que me devuelva a cuando niño sobre esa terraza donde escuchaba voces que gritaban. Les imploraba respuesta mas los oía repetir mi nombre. Eran sentimientos de fuertes mundos que creaba, infinitas tardes que añoraba.

(Basta ya de tanto chiste, de gato encerrado en televisor. Son tantas las esquinas de esta vida: media vuelta, es un tango, una rosa, la caída, despertar.
Toco madera, toco pared, urbana percusión. Juegos de niño, piedra libre, si señor.

¡Culeado rima todo, puta madre! Mierda, eso es mierda.

Calm down. Si, con un buen vaso de vino le daba la bienvenida a esta lluvia, fugaz presencia del verano.
¿Lo dije? Si, basta ya de gato encerrado en televisor… Basta ya. Describo, admiro, recuerdo, invento. ¿Lo vivo?

¿Tenés algún problema? La mañana fue un golpe. Sucedió que después del fin del mundo, algo quedaba, algo ajeno al tiempo. Si, escucharon bien, algo sucedió.
Claramente esto rompe todos los esquemas, mas no lamenten ¿Qué sería tan divertido?

¡No se hable más, guitarras por favor! ¿Alguien sabe tocar? Sálvame irrealidad fecunda, hay tantos policías…

Un retiro espiritual, todos hablan de un retiro espiritual. ¿Qué es eso de un retiro espiritual? Repetir, repetir y repetir, de eso se trata.
Sigamos que esto sigue, sigamos. No seamos un punto en aquel espejo retrovisor.

Sabe, sabe tanto decir, no hablar. Sabe, sabe tanto decir, no escuchar. Sabe, sabe tanto, soy yo.)


Repitiendo no se busca. Bulímica solución.