martes, 19 de agosto de 2014

#184

Observo dispuesto hacia el Sur, como todo viajante de mi tierra templado a mate amargo y esperanza.
En una esquina su silueta de niña hecha mujer le quita detalles al paisaje: Un farol, un semáforo roto y ese manojo de baldosas cansadas acompañan el cuadro de su silueta. Mis retinas anhelan inquietas mantener la figura de su forma a través de ese puñado de sueños y vigilias que han de componer mis días.
Una vez más y otra observo su silueta y pienso lo afortunado que es uno al presenciar ese sinfín de curvas atadas a fuego blanco y destino, sentido milagro de la vista.
La idea cae junto con el rocío de Luna que bendice al desierto pampeano, yo en velocidad desde la ruta siento como se hace tangible el sentimiento de la noche: El eterno llanto de plata con que se disculpa la Luna por tanta hermosura.
Una vez más y otra pienso en su silueta, ya pasó algún tiempo pues tengo que recurrir al recuerdo.
La idea cayó del cielo: Todo está hecho de su silueta.

Silueta en la mancha, silueta que curva en el punto y destino.
Silueta te creo, silueta sos fiel a los sueños.
Deja vú, silueta que curva en si misma hasta el círculo: Silueta me vuelvo.
Silueta dibuja la ruta, silueta que marca: Silueta en un mapa.
Silueta que pasa debajo del puente, silueta en el río.
Silueta que tiembla, un calambre: Placer que da el hambre.
Silueta en el hielo que flota, silueta que muere en la forma: Silueta que embriaga.
Silueta en el fuego.
Silueta que matan mis ojos, silueta me duermo: Silueta despierto.




sábado, 9 de agosto de 2014

#183

Luca me dice que la imagen parpadea, que si hay algo mal.

Son las doce del mediodía, en el minutero un café. Va y vuelve desde el rostro a la mandíbula, dolor que se contrae y extiende en intervalos asimétricos. De vez en cuando estornudo y me olvido por un rato pero vuelve, va y vuelve. Observo la carta de anoche y no cabe ninguna explicación, será casualidad o la secuencia oculta algo imperceptible, quizás el bar no tuvo nada que ver. Quizás hay algo maldito en el aire que dispone órdenes a los azares de mi consciencia situacional.
Me duele el corazón un segundo y se va, nada de cursilerías esto es algo literal. Lo ignoro, parafraseando a García hay algo que los analistas no pueden entender, todo está bien en los papeles, todos sabemos cuanto mienten.
Un bostezo repentino agudiza mi mandíbula, pienso en un calambre que no viene y sigo tipeando. Esto no es un relato de ficción, tampoco periodismo quirúrgico, esto se va dando a medida que escribo, no tiene objetivo ni completitud. Lo único que sé es que es de día, me lo dicen las franjas de luz en mi persiana americana, podría bajarlas hasta hacerlas noche también, podría pero no. Esta es mi consciencia situacional.
Otro bostezo, el dolor relaja, es un pulso largo... Ya se fue. El dolor no, el bostezo. Nadie dijo que iba a ser fácil. Nacemos sin conocer estas palabras: fácil, difícil, presupuesto, moral, recorte y destino.
Hay más, otro día te las cuento.
Tengo frío en los pies, tengo ansiedad en las piernas. Me dijeron que el aburrimiento era primo hermano de la ansiedad mas no me siento aburrido, ninguna familia es tan simple, ningún borracho dice la verdad. Todo lo que buscas esta en lo que ocultan los demás, en la forma en que lo hacen, esa es la única verdad.
Debería de tomar un Alical, un Ibuprofeno o un Sertal. Alguna de todas esas hojas del abanico de drogas que la humanidad insiste en hacer interminable, quizás dos o tres.
Debería también abrigarme los pies y jugar a los video juegos.
Ya vuelvo pero andá yendo por las dudas.

#181

(Background: Incomprehensible hardcore metal music on the radio.)
(Voz en off: My nose will bleed today. I call tell 'cause of the smell. Maybe I'm ready to die.)
Fade in.

La cámara puesta frente a ellos, son dos y están en un viejo sillón. La imagen los muestra absortos en lo que parece ser otra película mala de acción y bajo presupuesto: (NOTA AL PIE: Lo sé por los gritos manufacturados de las presuntas blondas y la cantidad absurda de disparos que los cargadores permiten. No puedo ver el televisor, los estoy filmando, no saben que existo y tengo que aprovechar.) Sus ojos brillan a media asta, sus rostros cubiertos por el reflejo azul-marino del televisor. Marcos es un tipo rudo y critico, es calvo pero nadie se lo dice, podría enloquecer y nadie quiere que Marcos enloquezca. Si, el calvo ¿Ahora lo ven no? En ese lado del sillón, con su brazo izquierdo apoyado sobre el regazo sosteniendo una lata de cerveza tibia y su brazo derecho sobre su pierna jugueteando impaciente, ansiedad producto de una vida complicada, una trama lamentable y ese puñado de productores que viven de exprimir la inexistente media naranja del sueño americano.

Marcos levanta sus brazos en alto (y por consiguiente la cerveza) al mismo tiempo que se asombra por lo que parece ser una 'escena memorable' pero sin perder el impulso los baja estrepitosamente con un claro gesto de fastidio y cerveza derramada sobre su rostro y dice: ¡Esto ya se hizo! ¡Ya lo vi! Películas de mierda siempre es lo mismo.

Julio acostumbrado a mirar de reojo, fiel practicante de la ley del menor esfuerzo que restringe hasta el movimiento de su cuello, le responde sin despegar su orientación de ese manojo de conjeturas flotantes en audio y vídeo: Todo ya se hizo, todo lo que vez en el mundo es el producto de una especie de juego del teléfono descompuesto. Pasa que algunas cosas son más obvias que otras, nada más. Pasa que te tienen que creer para que realmente importe también.

Julio es un tipo extraño. Goza, al menos en apariencias, de una tranquilidad inhumana. Le gusta jugar con la psique de sus amigos, le gusta torturar gente también.

Julio: ¿Tu familia bien?
Marcos: Si, supongo, que se yo.
Julio: ¿Tu hermana?
Marcos: ¿Por qué preguntas por mi hermana? No te hagas el vivo.
Julio: No entiendo.
Marcos: No te hagas el boludo, siempre es lo mismo empezas a preguntarme por mi hermana y me empiezo a enervar. Esta vez no te me vas a cagar de risa. No me banco más esas giladas. 
Julio: Te estas comiendo un viaje. Lo dejemos ahí.
Marcos: ¿Y si te pregunto a vos sobre tu hermana?
Julio: No es culpa mía que otra vez la película sea tan mala. Tampoco es un accidente, hay toda una estructura detrás de esta garcha.
Marcos: No me estas contestando. ¿Qué te parece si salgo con tu hermana?
Julio: No tengo hermana.
Marcos: No importa, no importa. ¿Qué te parecería si tuvieras?
Julio: No sé, no lo puedo imaginar.
Marcos: Siempre es lo mismo, te molestaría lo sabes. Así que la próxima vez que empeces con eso voy a hablar de tu hermana también.
Julio: Sigo sin tener hermana.
Marcos: Shh callate que apareció la minita tetona.
Julio: Si... Tetona como tu hermana.
Marcos: ¡La concha de tu madre!

(Doorbell rings.)
(Both men turn arround.)
Fade out.

miércoles, 6 de agosto de 2014

#182 (Cada vez más blanco su pañuelo)

Recorre la plaza una y otra vez, camina y sus pasos van dejando fieles huellas del tiempo, cada vez más lenta y cansada, cada vez más blanco su pañuelo.
Yo soy la baldosa que pisan, yo soy el cemento de un sueño en suspenso.
Que cosa curiosa y maldita es el desencuentro: Ese suelo que pisa abuela, es el mismo que pisa otro nieto.
Nieto que no sabe que es nieto, que nació y creció en otro barrio bajo un cielo ajeno.
Nieto ya crecido que se busca sin saberlo en universidades, pasiones, trabajos y sueños.
Nieto ya crecido encontraste, en tu propia sangre otro nombre, tu nombre.
Es menester brindar por los abrazos que llegan, por el valor que nos da ser uno mismo, por la inquebrantable voluntad y esperanza, por la verdadera naturaleza humana.
¡A su salud abuelas!