miércoles, 6 de agosto de 2014

#182 (Cada vez más blanco su pañuelo)

Recorre la plaza una y otra vez, camina y sus pasos van dejando fieles huellas del tiempo, cada vez más lenta y cansada, cada vez más blanco su pañuelo.
Yo soy la baldosa que pisan, yo soy el cemento de un sueño en suspenso.
Que cosa curiosa y maldita es el desencuentro: Ese suelo que pisa abuela, es el mismo que pisa otro nieto.
Nieto que no sabe que es nieto, que nació y creció en otro barrio bajo un cielo ajeno.
Nieto ya crecido que se busca sin saberlo en universidades, pasiones, trabajos y sueños.
Nieto ya crecido encontraste, en tu propia sangre otro nombre, tu nombre.
Es menester brindar por los abrazos que llegan, por el valor que nos da ser uno mismo, por la inquebrantable voluntad y esperanza, por la verdadera naturaleza humana.
¡A su salud abuelas!

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