viernes, 19 de junio de 2015

#214

La fatídica presencia de nuestra historia en la piel de nuestros hijos.
De genes malditos y pueblos fronterizos, impermeables a las guerras y sus gobiernos de facto.
De su sentida y única desaparición, de la gente que se murió preguntando por qué no pasa más el tren.
Del crecimiento del río y su clima bendito, de las puertas abiertas al rocío y los cerrojos vencidos tras nunca haber sido usados.
De mis abuelos, la medicina y el canto siempre de la mano.
Mi suerte que florece sobre la suerte de mis padres y la suerte de mis padres sobre la suerte de mis abuelos.

La crueldad de sus inviernos pagada por la claridad de su cielo, donde por las noches serenatas surgen y la vía láctea florece.
De allí vengo.
Donde la sonrisa y la solidaridad es reflejo.
Donde los mates por la tarde son más que suficientes.
Yo no nací en mi pueblo, mis genes lo hicieron por mí.
Y por mí deciden volver cada vez que me lo permite en mis bolsillos la suerte.
Para nunca dejar de ser niño, para nunca dejar de crecer.

Brindo por lo que fue y por el cambio, brindo en un mundo que no me pertenece, brindo como mis padres lo hicieron por sus hijos.
Brindo por mi pueblo.

¡Salud!

miércoles, 10 de junio de 2015

#213

Bastardo corazón, increpada enredadera del quehacer mortal.
Bastardo corazón, ¿Dónde fue a parar ese tal Olimpo? ¿Dónde frecuentan ahora los que se creían algo más?

La música ochentosa, bastardo corazón, inyección mental del octapad.
Tengo que cantar, bastardo corazón salí por la garganta. ¡Dale! Trepa y subite al tango digital.
Enseñale de colores, dale de comer vidriera al mundo en un bazar, hablale de Charly y el esquivo Sol invernal.

La estación de narices frías en un mundo super poblado de noticias.
Narices fritas también, de tanto nadar, de tanta comunicación global.

Bastardo corazón, ¿Qué me decís? ¿Vos jugás? Canillita, rodilla, pecho, pase y carnet de sociedad.
Club feudal de matricerias de olvidar. 
García y la noche que se come a mordiscos brutos lo que hay.

¿Qué supones necesitar? Vos marciano de los barrios, bastardo corazón. 
Prepotente deambulaste, caballero de cortina, sustantivo por la niebla.
¿Qué mirás che bastardo corazón?
¿Te conozco?