martes, 26 de noviembre de 2013

#157

Estábamos en una especie de café, afuera una lluvia torrencial impedía el ingreso, el lugar era nuestro.
Les vi en cámara lenta, éramos ese puñado de semillas de truco que casi llega a quince... 
Ellas con sus labios rubí que servían de camuflaje frente a la ebriedad de unas copas tan vacías como llenas de historias, ellos con sus juegos de manos y miradas punzantes que buscaban el punto g de lo implícito, esa señal inconfundible que no deja margen de error, que abre las puertas del placer y el miedo, ese movimiento final e inicial que le da sentido a tanto licor y tan poca visibilidad.
Algunos fruncían los labios cuando fumaban, entrecerrando los ojos al exhalar, pitada tras pitada repetían el ritual, era una especie de tic social. Me encontraba absorto en ese pequeño reducto de tiempo y detalles y no escuché la primera vez que se dirigió a mí...

¿Qué? - Exclamé.

Que te dije que me dejes de mirar las tetas. - Repitió, claramente.

Sonroje, transpire, suspire, la miré y entendí... Eran de ese tipo de pieza que completan fugazmente a cualquier hombre.

¿Si te digo que en realidad no las estaba mirando, si no que estaba pensando me creerías? - Respondí.

No y no quiero sonar creída por eso pero si te hubieras visto la cara me entenderías. - Replicó.

Esta bien, igual me preocupa más estar tan colgado, debería haber estado realmente mirándolas. Te invito un Whisky, es lo mínimo que puedo hacer. - Dije y sonrió.

Los demás desviaron la atención, el momento tenso pasó y la dosis de humillación ajena fue adecuada.

Me podrías decir que estabas pensando y no te hagas la idea, no vas a levantar a nadie si empezaste mirándole las tetas así. - Aconsejó.

Ok, te tomo como una lesbiana con buenos pechos. - Respondí y me sentí completamente estúpido.

¿A todas las mujeres con las que no tenes posibilidades las tomas como lesbianas? - Pregunto fastidiada.

Son mecanismos de defensa... Y decime, ¿Cuándo fue que saliste del clóset? - Respondí y sentí un aíre frio.

Le gustó mi forma de ser, me pareció extraño ya que no me considero una persona agradable en absoluto. Luego de una ilustradora conversación acerca de un chef y su pequeña adicción a la marihuana, la falta de atención en los detalles del menú y de cómo la lluvia volvía idiotas a las viejas, se excusó para ir al baño. Recordé un poema que leí en uno de los baños de mi facultad...

Cagar es un placer; de cagar nadie se escapa; caga el rey, caga el Papa, caga el buey, caga la vaca
y hasta la señorita más guapa hace sus bolitas de caca. 

Me reía solo y la vi caminar, sus piernas completaban la figura...

Si me pudiera acostar con ella, mañana no habría más problemas, dejaría resuelta en el olvido cualquier demanda que me haga el mundo para sobrevivir, abandonaría esta vida como un hombre fugazmente completo.

viernes, 22 de noviembre de 2013

#156

Cuando tengo ganas de llorar aguanto, tomo una bocanada de aire y con los cachetes inflados aguanto. Me trago el aire.

Hay tantos lugares, aún más desde el movimiento que transfigura los faroles de mi ciudad, es ese gran trasportador que cobra vida y simplifica todo en la distancia, es una gran fiesta de líneas blancas, amarillas y rojas. Iridiscentes figuras que chocan entre sí, se mienten, se dejan, se abrazan y vuelven. Pero tan complicadas crecen que logran abrumar mi ventanilla y desaparecen.

Hay tanto de lo viejo y de lo nuevo, hay tanto en todas partes... En la pareja que empuja un automóvil derogado de atención, en el sonido de unas llaves golpear entre sí al ritmo del trote descuidado de ese niño de los mandados que hace su labor fuera de turno, quizás sea pan rallado que su mamá usará para unas milanesas que recordará toda su vida.

Me inspira la noche templada, me inspiran los contornos que dibujan las sombras y ese olor a lluvia que sueño que vendrá. Quizás sea la Luna que brilla y cautiva aquellas almas que no la pueden dejar de adorar, que se mecen en su misterio y no la quieren cambiar.

Me quiero cuidar de la forma en que me dirijo a vos, se que uno inevitablemente termina por extrañar pero más vale extrañar que extrañar y lamentar. Se que te sueño y me soñás, te escucho y me preocupas. Es el reloj que sigue en la pared y sus agujas señalan omnipresentes aquel destino más alla del destino, los muros con los que todos eventualmente hemos de chocar, el mar...

Me detengo en una ciudad que tanto recorro y en la que rara vez se a donde ir... Me detengo y busco en mis bolsillos una llave pero nunca se que es lo que hay que abrir. ¿Será la conciencia? ¿Será cuestión de almas gemelas? ¿Será tomar de la mano al extraño y olvidarlo como tal?
¿Necesitaré una llave? Quizás se olvidaron de cerrar al salir.

¿De qué cuadro sos? ¿Qué talle sos? Y decime, ¿Generalmente sos vos o te cambias?

Tomo un sorbo mas y el cristal se escapa entre mis dedos, lo puedo observar burlándose en la caída. Pienso en el precio de la copa y en la invaluable bebida que contiene, pienso en la poesía rubí que dejara en el suelo, pienso en lo inevitable del destino, pienso que no se me hace extraño que las piedras en mi camino sean cristales rotos y vino. ¿Por qué no tome un sorbo más largo? Pienso y escribo.

Reite del bastón y de su ciego, reite de mi y de vos, de que no hay tiempo.

viernes, 1 de noviembre de 2013

#155

Hoy no quiero, hay veces que si pero hoy no. No hay nada raro, no hay nada particularmente fuera de lugar, ni ese aire que entra, ni la remera que me falta puesta, ni el frio que me da. No voy a cerrar la ventana, nadie va a cerrar las ventanas. ¿Quedó claro?
Uno tras otro van, uno parte del otro, no se dejan de pisar, pan y queso, queso y pan, y es insomnio una vez más.
'Una vez más', rima... No me gusta, me molesta, suena tonto, una Belén Francese más. ¿Y si nos vamos al diván? Se que nos podemos acomodar, se que de eso se trata, el tipo del tetris si que la tenia clara.
¿Que te ibas a acostar temprano? ¿Que tus proyectos y el calentamiento global? ¿Que tus viudas negras y esa locura existencial? ¿Y ese papelito? ¿A dónde era que lo querías tirar? ¿Sabes apuntar? Cesto le dicen, cesto.
Me puse la remera loco, para algo están. Tomate un té también y ponete a pensar, que curioso que te paguen por pensar. ¿Con quien conversas?

No me mees la tabla, que aunque sea agua bendita los que se sientan me miran mal.
¡Belén! ¿Qué haces nena? ¡Tuto!