lunes, 7 de septiembre de 2009

#64

Sus paredes estaban llenas de momentos, bien recortados en sus cajitas de madera y vidrio los veía decorar nuestra memoria.

Las sonrisas no faltaban en esos infinitos segundos atrapados, individuales vidrieras del recuerdo. En los muertos, en los olvidados, en los niños ya tan adultos, en los perros y gatos, en los desconocidos, en nosotros, en presencia. Siempre estaba la sonrisa.

Eran tantos los lugares olvidados en detalles. Era sólo lo importante, era sólo ese segundo.
No obstante tanta ajedrezada vida, despertaba atareados estremecimientos. Media sonrisa en la mirada y música de la más sordomuda película.

Si los recuerdos son segundos en la vida, no lo sé.
Si los segundos son fotografías en la vida, no lo creo...

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