domingo, 15 de marzo de 2009

-La canción.

Siempre es la misma canción, da vueltas y vueltas. El cambio, miro el reloj, me escondo del Sol y siempre es la misma canción. Y la vuelvo a escuchar como cuando uno cree en algo que no puede tocar. El tiempo ya se fue del marcador, mi pulsera no me dice que hacer. ¿Esto será vivir por respirar no más?
Camino el río entre luces sin alma (de prender y apagar mal diría), camino y soy testigo entre sospechosos e inocentes. Bailamos, todos culpables. Cantamos fuego hasta más no poder, marcamos alma con sangre entre plástico y metal. Y aún así siempre es la misma canción.
Extrañamos nuestro cobarde remedio de soledad, algo que nunca será. Vivimos de la mano sin saber quienes son, sin saber si es que podemos ser más que nosotros mismos (más que uno). Somos la piel que te toca, literal sentimiento animal.
Quiero Sol en mi bebida, desnudarla con Luna y algo del viento. Ser feliz por esa noche, esa noche de la que siempre despierto. Mientras me cantan al oído siempre la misma canción.
Canción que es hermosa en su color pero siniestra en el amor.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario