Estaba entre los delirios de este Sol, girando a través del viento.
Nostradamus me grita que algo va a pasar, en una de las tantas vueltas de esta rueda le alcanzo a contestar: “Ándate a la mierda, a mi no me impresionas.”
Vamos todavía, queridos transeúntes. La balada continúa: ¡Apocalipsis!
¿Qué es lo que suena a la vuelta de la esquina entre la gente?
Se repite en pequeñas cajas, frías compañeras de luces inventadas. Imbatibles sus señales por doquier, nos tienden su mano entre finas trampas de terrorismo compra y venta, nos engañan, nos alejan del camino hacia el verde lugar.
Todos a contagiar bailamos con inseguridad, con temor a acompañar aquellas manos que todo parecen olvidar.
Entre paredes que nunca están, que siempre nos dicen que no, estornudamos y señalamos. Nos repetimos unos a otros, nos repetimos… Nos…
Pero aún así se puede todavía, más allá del borde. Construir con la caída la piel verdadera. Claroscuro sabor, es la amada libertad.
Y seguimos en lo mismo, nos repetimos unos a otros.
En caricias, en miradas. Aunque suene a propaganda.
Nos repetimos con los pies, nos repetimos tan callados.
Nos repetimos al oído, nos repetimos de la mano.
Y conquisto lo que tanto reitero.
Hoy será una enfermedad, mañana tal vez fuego.
Pero siempre repetimos, y eso nos abunda.
Ya no olvido siempre cambia, y eso nos abunda.
Nos repetimos unos a otros, nos repetimos… ¡Nostradamus Fax U!
La cantidad de llaves es 11 en 4, y acá los grupos no se repiten...
ResponderBorrarpero qé tiene qe ver, preguntale a Papá Noel...
o a Tiziano Ferro... o a Marcelo Tinelli...