viernes, 17 de octubre de 2014

#192

Mamá comprame esos zapatos marrones por favor. Gracias, te amo.

Si hablara de mi, tan sólo hablara de mi, no sabria por donde empezar. Es dificil desvestirme despues de tantos personajes, mundos, psiques y engranajes.
Si hablara de mi pasado encontraría amor en una calle.
Si hablara de mi debería detener mi pluma en la Fructuoso Rivera. Porque fue un punto de inflexión en mi vida, fue mi primera conexión con un mundo que tímido idolatraba. Mis primos y sus imposibles cumplidos, mi tía y su carácter inquebrantable, mi tío y su sed saciada con conocimiento y justicia. La verdadera naturaleza humana ayudando escuelas. Las contradicciones de unos seres humanos perfectos en un eterno choque generando vida: Mis sobrinos. Es que el amor va más allá de las definiciones, son mis sobrinos lo decido yo. Es que sus padres son mis hermanos a golpes, causalidades y destinos.
Recuerdo calles inundadas y aventuras infantiles en tierras desoladas que ahora transito cotidianamente, recuerdo el placer de lo infundado en el alma, la ignorancia que nutre. Recuerdo la Luna de plata que nunca cambia.
Recuerdo que no dudaba en dar mi vida por ellos, tampoco dudaría hacerlo ahora. Después de todo fueron ellos lo que soy hoy.
Es contradictorio porque no creo en la sangre, he atestiguado demasiadas traiciones para creerla tan dulce y espesa como dicen. Pero personalmente no me puedo quejar, que algo te defina con libertad para crecer y cambiar es el mas grande orgullo que pueda existir.
La buena leche dando cátedra, eso no tiene techo.
Son ellos orgullo y felicidad.
Mi gratitud: Mi lealtad y mi confianza en ellos.

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