Mientras se incendiaba de blanco el techo en sus ojos. Alguien le gritó bien adentro - ¡Tirala a la nona!
Lujuria asesina, rábico frenesí. Es un estado de shock, dice en el prospecto. Yo no repito, sólo escucho. Vamos con el fuego en la mirada, esos pasos tan sutiles que transpiran los silencios. Con las yemas atrapo la pelota, se me escapa y cae. Va de boca en boca, sedienta.
¿Te gusta comer papel? – Soltó como chillando - ¿Nene qué tenés?
No te entiendo. – Dije siguiendo el juego – Sólo quiero comer papel.
¿Es invierno o tal vez verano? Nunca supe seguir los caprichos de este Sol.
Escuchando la música
Tantos ciegos, tantos mudos.
Tantos perros, tantos gatos.
Tanto daño, tan tabaco.Tanto amor, tan al viento.
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