sábado, 17 de mayo de 2014

#172

La naight presenta un trémulo destino producto del temblor que mi pulso provoca sobre el vaso de whisky que sostengo. Vaso de whisky cuyos hielos, fatigados por su destino, danzan azarosamente formando círculos imperfectos. Es que los hielos saben, como nosotros sabemos, que su final será fundirse con todo lo que los rodea e impregna. Sea aquel vibrante sabor de malta o el rocío de plata que la Luna provoca. Seremos hielos de la noche.
Es ahora y nada más. Es brindar y perseguirla hasta que se deje atrapar.

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