viernes, 12 de julio de 2013

#134

yo junto de cada piedra coplitas para mi canto.

No siempre tengo que pararme sobre una clave de Sol para empezar.
Pasa que me ganan las ganas de cantar; Es que cuando canto es el alma de los pobres la que crece y no puedo ver más que mi propia oscuridad, valiente claridad del ciego que con su tacto construye paisajes, y al abrir mis ojos no puedo hacer más que respirar.

Es felicidad la flor de los momentos, motor fundacional de todo movimiento genuino. Si te gusta morí por ello a cada instante. Si no te gusta no lo hagás.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario