Te veo, sos vulgarmente igual a los demás. A veces sólo mi atracción te hace especial, te vuelve única al bailar, cuando agarrás la vida del cuello y la tomás como si no quedara nada más.
Sé que a veces te olvidas y es una brisa que necesitas, que no te podes dar el lujo de ignorar.
Sé que hay bocas y más bocas en los demás, sé que lo tienen todo y nada de especial.
Sé que hay momentos en los que no sé porque dejé de fumar, tampoco porque peino mi ropa y el pelo y cambio mi olor cuando salgo a bailar.
No sé nada, salvo tal vez como quiero lucir, tampoco sé si es lo que quiero querer.
Nunca podés aprender a simplemente querer, no existe algo tan general. Siempre que querés juntar las veces que pasó, se desarman y vuelven a su lugar.
¿No te gustaría decir qué es lo que te gusta mirar?
Te veo, sos vulgarmente igual a los demás. Te veo y me gustás, te hace especial ser nada más que polvo de ciudad. La gente que da su vida por sonreír es la que importa, eso me lo enseño un mendigo que nunca oyó hablar de las monedas de la gente.
No lo digás.
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