miércoles, 18 de febrero de 2015

#202

Entumecido en su mambo va, el pibe orejas de algodón.
Con un gesto casi consensual.

Toca la murga buscando unos pies.
Recibe su tango, la suela y el canto.
Pa la casa, pal río repiten sus pasos.

Las tardes van ciegas cayendo sin vueltas.
Las lunas son nuevas, percuten maderas.

Juanitas te bailan, calando tu suerte.
Tus ojos rechinan al viento con sol.
Los niños sonríen jugando a la muerte.
Tu vida, un puñado de días, los gritos de gol.

Fragmentos del Ícaro encendés.
Me caigo aspirando más de tu piel.
Exhalo de tí, comparto y lo pierdo.
Soy sólo un acorde del mar, un anhelo.

Toca la murga en la vuelta un silencio.
Se siente que late ese fuego sonámbulo.

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