2 viernes para Navidad. Sientan el inevitable vértigo que ocasiona dar otra vuelta más en esa rueda de la fortuna y la desgracia que genera la vida misma al intentar comerse la cola eternamente, cual si fuera un perro flotando sin rumbo a través de la Vía Láctea.
¿Qué? ¿Acaso nunca intentaron chuparse el codo?
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