Nítida la veía caer entre tantos vasos perdidos por la sien.
Había un Joaquín, un café y la vulnerabilidad de un corte de pelo malo.
La tristeza del Domingo declaraba asueto cuando en sus ojos encontraron un momento.
Élla decía querer volar en un sueño hacia el futuro, Él poder abrazar al Rey de la mentira y ahogarlo en su mar de pueblos fantasmas.
Siempre con un revolver en su derecha, la felicidad sabía retirarse antes de tiempo.
Pues ya saben, había diferentes citas en sus agendas, y acabar le dicen cuando terminan.
Y apuntó Joaquín desde su lugar de fondo, con una de esas frases que identifican a tantos. Y el café cayó de golpe como punto final y derramó silencios... La tristeza acordó con el Gobierno alguna que otra distracción y a la cuenta la pagaron sus destinos...
¿Qué hacer sino aprender que terminar le dicen cuando acaban?
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