lunes, 2 de noviembre de 2009

#67

Silencios de prioridades, sublime elección será tu camino.


Esconden algo las miradas de la gente en la ciudad del caminante.


El caminante escucha voces entre melodías. Repito sus palabras, repito su nombre, el caminante ignora a esta sombra que narra su destino, gota a gota, segundo a segundo.


Algo sucede, el caminante se detiene. El humo no deja ver, el calor no deja ser, la ciudad un infierno. ¿Qué sucede en el corazón del caminante que siente piedras en sus pies? ¿Será la desilusión, este fatuo calor que no termina?


Desde su prisión da un paso adelante y escupe al fuego con su aliento. Y sigue su ruta, como si se hubiera frenado tan sólo para atarse los cordones, como si no hubiera estado al borde de la muerte.

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